Una antigua leyenda india cuenta que los sueños pasan por la malla filtrando y deslizando los buenos sueños mediante las plumas hasta llegar a nosotros. Los malos sueños, en cambio, son atrapados en el tejido y mueren cuando sale el primer rayo de luz del día.
Los indios ojibwa empezaron a vender estos Atrapasueños en los 60, lo cual no sentó muy bien al resto de las tribus, por profanación de la magia del atrapasueños, dado que éste obtiene un proceso de energización.
El aro representa la rueda de la vida, y la malla o red son los sueños, anhelos e ilusiones que tejemos durante el sueño, en nuestro interior y a lo largo del día a día en nuestra vida.
En el centro de la malla está el vació, el espíritu creador, ese "Gran Misterio" en el que consiste la vida.
Según la tradición los atrapasueños ayudan a mantener con nosotros las buenas ideas y los sueños agradables, y también protegen a quien lo posee.
Este mágico objeto nos inspira a querer ofrecerles toda su buena energía con colgantes, pulseras, pendientes y sortijas que puedan llevar encima siempre que quieran.